Energía vital: Gestión de la ansiedad, hoy te la proponemos como excitación

La Excitación: Energía vital y su gestión en el modelo pulsacional ¿Qué es la excitación?

En el lenguaje cotidiano, la palabra excitación suele asociarse exclusivamente a la sexualidad. Sin embargo, desde el modelo pulsacional, la excitación es un concepto más amplio: un flujo energético que moviliza el cuerpo y la mente.

🔹 La excitación es la energía vital que nos permite movernos, actuar y expresarnos.
🔹 No se limita a la sexualidad, sino que también se manifiesta en el enojo, la creatividad, el entusiasmo y otras experiencias humanas.
🔹 Dependiendo de cómo la gestionemos, puede convertirse en potencia o en una carga que genera síntomas físicos y emocionales.

Cada persona tiene un nivel de excitación distinto: algunas parecen inagotables, mientras que otras requieren administrar su energía con más cuidado. Pero más allá de cuánta excitación tenga una persona, lo importante es cómo la gestiona y distribuye.

Excitación y cuerpo: Un motor en constante movimiento

Desde una perspectiva psicocorporal, la excitación no es solo un estado mental, sino una experiencia física.

💡 Ejemplo:
📌 Cuando alguien habla en público, puede sentir cómo la energía recorre su piel, su respiración cambia y su ritmo cardíaco se acelera.
📌 Esa misma excitación puede potenciar la expresión o bloquearla si no es gestionada correctamente.

🔍 ¿Cómo se manifiesta la excitación en el cuerpo?
✔️ A través del movimiento y la expresión corporal.
✔️ En la respiración, que puede volverse más acelerada o bloqueada.
✔️ En la postura y la tensión muscular, que reflejan si la excitación fluye o se queda atrapada.

Si una persona desconoce su nivel de excitación o no sabe gestionarlo, pueden aparecer síntomas como:

❌ Ansiedad y ataques de pánico.
❌ Tensión crónica en mandíbula, hombros y pecho.
❌ Sensación de agotamiento constante.

Desde esta mirada, el problema no es la excitación en sí, sino la falta de consciencia sobre cómo manejarla y expresarla de manera saludable.

Excitación y cultura: Entre la represión y el desborde

En muchas culturas, la excitación es vista como algo problemático cuando no encaja en los estándares de control social.

📌 Ejemplo:
🔹 Si alguien está muy enojado, se le dice: “Cálmate, no te pongas así.”
🔹 Si alguien está triste, se le dice: “No llores, todo estará bien.”

💡 Esto genera una represión emocional, impidiendo que la energía natural del cuerpo se exprese de manera funcional.

La sociedad legitima algunas emociones y reprime otras, lo que lleva a que muchas personas se encarten con su propia excitación.

✔️ La alegría es aceptada fácilmente.
✔️ El miedo suele ser comprendido.
❌ Pero el enojo y la tristeza suelen ser reprimidos o vistos como signos de debilidad.

Esta represión emocional puede llevar a que la excitación se transforme en:

❌ Irritabilidad y agresividad contenida.
❌ Síntomas psicosomáticos como migrañas, colon irritable o tensión muscular.
❌ Dificultades en la regulación del deseo y la energía vital.

Energía vital modelo pulsacional en procesos terapéuticos corporales
El modelo pulsacional trabaja con la energía vital del cuerpo

La relación entre excitación y enojo

Uno de los estados emocionales donde la excitación se vuelve evidente es el enojo.

📌 Ejemplo:
🔹 Muchas personas evitan el enojo distrayéndose con otras actividades (ver series, jugar videojuegos, comer en exceso).
🔹 Otras lo reprimen hasta el punto de que se transforma en síntomas físicos o explosiones emocionales incontroladas.

🔍 ¿Cómo abordar el enojo de manera saludable?

✔️ Reconocerlo como parte de la excitación y no como algo negativo.
✔️ Permitir su expresión en un espacio seguro, en lugar de reprimirlo.
✔️ Transformarlo en acción: poner límites, hacer ejercicio, canalizarlo en actividades creativas.

Desde el modelo pulsacional, el enojo no es un problema, sino una fuerza de movimiento que, bien gestionada, puede convertirse en potencia y claridad para tomar decisiones.

La excitación en la clínica: Reconocerla y gestionarla

Uno de los desafíos de los psicoterapeutas es identificar cómo circula la excitación en sus consultantes y en ellos mismos.

📌 Ejemplo clínico:
🔹 Un terapeuta puede sentir excitación y entusiasmo en una sesión, pero si no es consciente de ello, puede sobrecargar la conversación y no dar espacio al consultante.
🔹 También puede experimentar enojo o frustración, y si no lo reconoce, puede proyectarlo en la terapia de manera poco saludable.

🔍 Claves para integrar la excitación en el proceso terapéutico:

✔️ Nombrarla y reconocerla en el cuerpo.
✔️ No etiquetarla como algo negativo, sino entenderla como energía disponible.
✔️ Explorar su función, en lugar de intentar eliminarla o reprimirla.

💡 Ejemplo:
Si un consultante llega con una excitación desbordada, en lugar de intentar “calmarlo”, el terapeuta puede ayudarlo a canalizar esa energía en una conversación o en un ejercicio psicocorporal.

Excitación, descarga y bienestar

La excitación necesita descarga para mantener un equilibrio saludable.

📌 Formas comunes de descarga:
✔️ Deporte y movimiento físico.
✔️ Expresión artística y creatividad.
✔️ Relaciones interpersonales y conversaciones significativas.
✔️ Sexualidad, no solo como impulso, sino como experiencia de conexión.

Cuando no se encuentra una descarga saludable, la excitación puede desplazarse a otros ámbitos:

❌ Conductas impulsivas.
❌ Consumo excesivo de redes sociales o contenido digital.
❌ Ansiedad, insomnio o crisis emocionales.

Desde la psicoterapia pulsacional, se guía a la persona a encontrar sus propias formas de descarga, adaptadas a su historia y estructura de personalidad.

Conclusión: Transformar la excitación en potencia

Desde el modelo pulsacional, la excitación es una fuente de energía vital que, bien gestionada, puede convertirse en movimiento, creatividad y expansión personal.

📌 Puntos clave:
🔹 La excitación es más que sexualidad; es la energía que impulsa la vida.
🔹 No es buena ni mala, todo depende de cómo se gestione.
🔹 El cuerpo es clave para reconocer y canalizar la excitación de manera saludable.
🔹 La descarga es necesaria para evitar que la excitación se convierta en tensión o síntomas físicos.

Cuando aprendemos a escuchar nuestro cuerpo y gestionar nuestra excitación, logramos una vida más integrada, equilibrada y en armonía con nuestra energía vital.

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